NO RESPIRES (2016) - ARTICULO

Es genial estar de regreso al blog. En esta ocasión quiero compartir un articulo sobre No Respires, película de Fede Alvarez que originalmente fue publicada en El Diario Bogotano.

Espero sea de su agrado y muchas gracias por su preferencia.

Link de la entrada original: https://ospider8.blogspot.com/2016/09/articulo-especial-no-respires-2016.html





Un destello en la ceguera del género


En algún lugar de Detroit, tres chicos planean robar la residencia de un veterano de guerra ciego. Del grupo sobresale Rocky, quien necesita con urgencia el dinero para salir de su deplorable situación familiar; pero lo que parecía un trabajo fácil se convierte en una asfixiante travesía de supervivencia, pues cambian los roles y ahora son perseguidos por el ex militar. Durante tal encierro descubren que su cazador no es lo que aparenta, escondiendo un turbio y retorcido secreto.

En el terror actual es muy extraño que una cinta perdure. Algunas piezas parecen chistes, que tienen gracia al principio y luego se olvidan. El problema radica en ir a lo seguro y repetir el remate una y otra vez, hasta que no importa la apariencia del gag o la distribución de sus elementos, la ejecución es igual. Sin embargo surgen obras que reúnen los efectismos del género en paquetes ingeniosos e incluso refrescantes, aprovechando con inteligencia alguna premisa particular en un entretenimiento concreto y funcional.

Te cuentan algo de verdad sobrecogedor y dan una perspectiva orgánica, sencilla u honesta más arraigada en lo cotidiano, acorde a esos renovados trucos usuales del suspenso. Poseen además detalles muy propios que enriquecen luego de una disipada primera impresión.

No respires es tal ejemplo claro de tomar los tópicos y componerlos en un creativo conjunto, repleto de momentos realmente estremecedores. Por supuesto como todo guion de su clase, tiene ciertas conveniencias o atajos para mover el relato, aunque jamás perjudica el progreso narrativo. Los giros y secuencias son tan meditados como sus personajes congruentes, bien llevados mediante unos imaginativos sustos de prolija antelación.

Seguimos a seres envueltos en situaciones de acuerdo a sus móviles creíbles y trasfondos correctos, sencillos en construcción. Nos involucramos con personas, no meros arquetipos parciales; siendo suficiente para quizás comprender sus cuestionables –repudiables también- acciones sin juicios per se. En verdad deseas que su protagonista salga del embrollo, eso sí, junto a los demás afronta las consecuencias de sus acciones en medio de cierta ambigüedad sutil y cruda. Retándonos en la inmersión con sus pericias de impecable tratamiento.

Al dirigir con solvencia y habilidad, Fede Alvarez establece muy bien esos trazos escabrosos en una historia directa y dura, nada empalagosa en el paladar del espectador. En igual condición enfrenta a sus corrompidas creaturas, Rocky y al “Hombre Ciego” en instantes muy precisos. Esa chica aquejada por las circunstancias encarnada por una soberbia Jane Levy, contra un escalofriante Stephen Lang, un oponente alienado por el entorno más cruel e irónico de esa colosal paradoja llamada vida.

Una dinámica y enajenada experiencia que refleja un desolador panorama coherente, donde el miedo es factible y casi nada es arbitrario, a diferencia de otros filmes que buscan el salto efímero. Olvida lo confortable e indulgente, este acaricia las ulceras de lo malsano que albergamos en el interior. Presenta el horror de la psique deformada en sus oscuros recovecos.

Tenemos algo solido y de un estupendo manejo del pulso narrativo, pues consigue genuina tensión de magnifica fluidez; una notoria mejora frente a la irregular opera prima de Alvarez, el remake de Evil Dead (Posesión infernal). Aquí sacude el inconsciente con menos ingredientes en mayor armonía, en cambio en su versión del clásico de Sam Raimi –curiosamente su debut y uno de mis mayores referentes cinefilos-, obtenía a cuentagotas lo que deseaba y con baches desconcertantes en ese rutinario recorrido hacia un clímax distante.

Al final es un chiste contundente que pierde fuerza en posteriores visitas, no obstante permanece un rato después del visionado en la sala, mientras indagamos un poco más. Se convierte en humor negro, reímos al principio, pero detrás nos damos cuenta de la fatalidad.

Por OSCAR CABRERA



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