ESTRENO TARDIO - SHAME - CRITICA



Dirección: Steve McQueen
Guion: Steve McQueen y Abi Morgan
País: Reino Unido/EE.UU
Género: Drama
Año: 2011

Brandon Sullivan tiene 30 años y vive en Nueva York, cuando no trabaja mata el tiempo buscando toda clase de aventuras sexuales, desde mirar videos porno hasta contratar prostitutas. Repentinamente aparece su hermana afectada por la soledad, necesitada y temerosa con una tristeza profunda; esto será un elemento determinante en lo que está por venir.

Sublevar al individuo ha sido una constante inscrita dentro del plano social, donde importa más el confort de la estabilidad y abundancia económica del consumo sobre el bienestar emocional o espiritual incluso. Por tales exigencias, Brandon se aísla interiormente, no se confronta sobre sus deseos o pensamientos, siendo incapaz siquiera de intentar comprenderse reprimiendo sus aflicciones e ignora la posibilidad del contacto afectivo humano más elemental por una negación de su sensibilidad, situación patente con su hermana. En ausencia de voluntad, recurre como es lógico al efímero estimulo de la descarga sexual, en inconsciente desesperación cubre con este “bálsamo” sus miedos y limitaciones.

Con lo previo, me pareció muy interesante como enfatizan sensaciones  en algunas escenas recurriendo al sonido diegético, significa que el mismo personaje al poner una canción en un reproductor en el film o tocando un instrumento forma parte de la narrativa, suele apelar a esto realizadores como Jim Jarmusch, funcionando de alternativa a la diegesis o explicación normal de un narrador, sea protagonista, testigo o en un monologo interno. El acompañamiento musical influye para imaginar lo que podría estar pasando por su mente cuando realiza sus agotadoras acciones, y no me refiero solo físicas.

Predomina también el lenguaje gestual, instantes dramáticos intensos y diálogos oportunos que benefician a la progresión del metraje con una dialéctica estética prolija que cambia de acuerdo al relato. El montaje maneja ingeniosamente los tiempos, transmitiendo más de lo acontecido,  empezamos con aplomo para culminar de forma visceral y desgarradora; tanto los personajes como el espectador quedan devastados.

En conclusión, una historia intimista sobre un adicto al sexo muy potente que deslumbrara inicialmente por su acabado visual pero luego se tornara inquietante, dando rienda suelta a profundas reflexiones.

Por OSCAR CABRERA


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