MELANCOLÍA - CRITICA

Dedicada a Katherin Gonzalez Crispino


Guion y Dirección: Lars Von Trier   
País: Dinamarca/Suecia/ Italia/ Francia / Alemania.         
Género: Drama/ciencia ficción   
Año: 2011

Posterior a un trance onírico, un prefacio con Tristan e Isolda de Wagner como fondo, Justine celebra su boda con Michael en una opulenta fiesta en casa de su hermana Claire, donde acontecen ciertos eventos determinantes para su historia. Mientras, el planeta llamado ‘Melancolía’ se dirige a la tierra.

Me encontré no solo con un vehículo de afinidad frente al espectador, sino con alusiones perceptivas profundas sobre la más diáfana sensibilidad que tan solo podemos vislumbrar. Tan cambiantes como su representación planetaria, vemos la polaridad de sus dos protagonistas con énfasis en la tristeza, Justine y Claire. Mas que cuestionar y replantear, generó en mi la confirmación de que lo denominado ‘depresión’, u otras patologías sugeridas que sublevan el yo, son un estado sensitivo inefable que apela a lo complementado del ser; dependiendo de tal formación interna, se torna una carga para una psique esquiva, o al contrario en una experiencia canalizadora de la cándida condición hacia la potencial trascendencia. Es parte de muestro desarrollo, del cual diré que he intentado prolongar, ya que lo he experimentado personalmente.

Se nos transmite lo anterior con las manifestaciones emocionales en las hermanas, que son notoriamente complementarias bajo este orden anímico: evasión, angustia, asimilación y aceptación. Es una forma bastante peculiar de Von Trier para decirnos sobre el único temor que tenemos, a nosotros mismos; cuyo reconocimiento y comprensión de este nos posibilita llegar a una certeza serena, en lugar de la efímera tranquilidad del autoengaño. Invirtiendo ellas sus reacciones, reciben la inminente resolución después de un relato correcto, pero a veces álgido.

La cinta tiene una premisa interesante y un prologo maravilloso, pero en su desarrollo la narrativa se desinfla a ratos, algo extraño en su autor que nos brindo historias potentes y con ideas tan precisas como un bisturí quirúrgico en plena cirugía cardiovascular. Se muestra casi ameno al darnos solo una anécdota poética que pudo dar mucho, si aprovechaba al máximo su lenguaje con un trabajo estético más sagaz. Cuenta con actuaciones complejas y abstraídas muy bien trabajadas, Charlotte Grainsburg y Kirsten Dunst son fascinantes; los demás cumplen sin más, especialmente un desperdiciado John Hurt.

En conclusión, una aceptable y por instantes atrayente cavilación ontológica de un Lars Von Trier suavizado, carente de un poderío cortante. No obstante, me fascina lo dinámica que puede ser una visión tan intima; conjeturando que lo quería así, sin embargo extraño su acostumbrado proceder transgresor en clásicos como ‘Bailando en la oscuridad’, ‘Dogville’ o la reciente, ‘Anticristo’.

Por: OSCAR CABRERA




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