QUICK CRITIQUES XXXII - IMPRESIONES FILMICAS

Extrañaba mucho compartir con ustedes mis impresiones recientes sobre lo que he visto.

En esta ocasión es una lista variada de piezas comprometidas con sus exploraciones, ya sean desde el entretenimiento o incluso ahondar en las enrevesadas áreas de la condición humana.

Espero sean de su agrado y muchas gracias por su preferencia.


Annihilation




Alex Garland no tiene restricciones al explorar todas las contradicciones, los autoengaños y los inefables anhelos del ser mediante su diestro manejo de los tópicos y las alegorías en la ciencia-ficción. Siempre desde una mirada meditada, franca y honesta.

Tanto en Ex-Machina como en Annihilation, esta realmente comprometido con plasmar y desarrollar legitimas inquietudes sobre el panorama humano, logrando que el espectador enfrente, e inclusive cuestione, el incierto porvenir de nuestra especie y la inherente ansiedad del individuo por las ambigüedades de la existencia.

Una obra envolvente y fascinante.

Phantom Thread



El cine de Paul Thomas Anderson es una de las grandes constantes en mi vida, pues es de los pocos autores estadounidenses que poseen una genuina sensibilidad al abordar los recovecos mas complejos y ambiguos del alma, ademas de comunicar de manera correcta y aguda tal entendimiento del interior humano.

No es un cine confortable; confronta y genera cuestionamientos significativos sobre los actos y las motivaciones de seres con heridas y anhelos indescriptibles, aunque tan cercanos como universales.

Por ello El Hilo Fantasma es una extensión mas que lograda de su visión en cuanto a los dilemas, incertidumbres, obsesiones e inherentes contradicciones del ser, y además con toques Freudianos. Algo que lleva trabajando desde su opera prima Hard Eight, hasta Magnolia, Boogie Nights o The Master, y en la presente es más que excelso.

Es una gran recuperación de Paul luego de su primer tropiezo, Inherent Vice, y una de las mejores piezas del año pasado.


Happy End



Aunque la cinta posee su acostumbrada y aguda disección a los turbios rincones humanos, Michael Haneke en Happy End se le percibe disperso, dejando sin concretar algunas constantes suyas que iban progresando con la sutil, cuidada y atractiva tensión fatalista que lo caracteriza, descuidando por ello a sus personajes en el proceso. Por supuesto, tiene momentos interesantes y turbadores como es de esperarse, pero se pierden en parte por la débil cohesión de su conjunto.

A diferencia de sus anteriores trabajos, la anticipación, su atmósfera y los temas no encuentran una resolución completa, a la vez que estremecedora, y solo vemos una obra diluida que apenas insinúa, e irónicamente recae en la complacencia.


A Quiet Place



Un estupendo ejercicio de suspenso con un manejo conseguido y envidiable de la tensión, todo gracias a un cuidado tratamiento funcional y balanceado del guion. Su ritmo es impecable, sin descuidar sus componentes y comprometido con lo que pretende contar.

Aunque faltó mayor sustento y desarrollo de su contexto y algo mas de información en las caracterizaciones, lo que pudo enriquecer los subtextos, la minuciosa dirección de John Krasinski logra interpretaciones evocadoras y poderosas. Sin embargo, al final se lleva los aplausos la mezcla y edición de sonido al guiarnos de manera envolvente en el relato.

Una sorpresa agradable y hasta ahora lo mas interesante del año en cuanto a estrenos comerciales.



Mary and the Witch's Flower



Hiromasa Yonebayashi como todo autor sigue creciendo, y su primera película para el estudio Ponoc es un muy disfrutable trabajo, ofreciendo por instantes esa entrañable sensación nostálgica por Ghibli, no obstante el resultado es algo irregular.

Quizá su principal problema es el poco sustento emocional del filme, con personajes que son bien introducidos pero cuyas progresiones y resoluciones son apresuradas por el énfasis del relato en la aventura, ademas de tener ideas desaprovechadas sobre su universo y unas normas internas endebles apenas insinuadas o directamente sin delimitar.

Desconcierta que Hiromasa presente un acabado descuidado en el área de guion y en la caracterización de sus criaturas, cuando estos fueron su mayor virtud y fortaleza en su paso por Ghibli.

Aun así es amena y puede ser memorable por ciertas secuencias alucinantes.



Avengers: Infinity War



Mas allá de la emoción inmediata y de la abrumadora sensación luego de su visionado, dejando sin aliento a mas de uno en la sala ante ese desolador clímax, es una obra bien manejada y pensada desde la estructura, donde cada uno de sus componentes -personajes, situaciones o subtramas- por muy breves que sean, cumplen su rol y generan una articulada progresión. Aquí destaco las interacciones de su elenco, que son frescas y correctas.

Lo veo como un primer acto extendido, pero relatado de manera funcional y de acuerdo a lo que es, con sus conveniencias disimuladas y cabos sueltos adrede, eso si, sin descuidar el tratamiento de cada ser en pantalla, según el tiempo de exposición e importancia. Sin embargo la experiencia global, inevitablemente, se enriquece más al mirar las anteriores piezas del MCU, aun así se disfruta como producto independiente e incluso presenta un balance interesante entre amenos momentos ligeros y escenas logradas de cierta carga emocional.

Es sencilla, tal vez demasiado, pero funciona por su cautivadora y accesible narrativa épica, y por el carisma de aquellos héroes que durante estos diez años se han ganado el afecto de muchos.

Cine de entretenimiento sincero y honesto. Una mitología extensa que me ha complacido mucho, con sus altas y bajas, y fiel a si misma en su agradable ejecución clásica.



Por
Oscar Cabrera



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