QUICK CRITIQUES XXIV - IMPRESIONES FÍLMICAS

He aquí la ultima entrada del año y aun mas interesante es terminar con dos piezas animadas, ambos regresos de directores renombrados en aventuras muy singulares.

Así que sin mas preámbulo, comencemos...

¡Felices Fiestas!


Your Name



Makoto Shinkai es de esos afortunados animadores que posee un sello muy propio, aparte si funcionen o no sus relatos. 

A veces va hacia lo fantástico y otras a lo cotidiano, con buenos resultados en cada uno y para la muestra están 5 Centímetros por segundo o quizás su real obra maestra, El Jardín de las palabras. Sin embargo en sus intentos de mezclar ambas no es muy afortunado, pues no consigue un balance ideal entre conceptos dispares, y tal desarrollo resulta forzado e irregular, basta recordar la fallida Mas allá de las nubes, tierra prometida. Al menos siempre agradezco que muestre la disposición de experimentar con otras formas narrativas y no solo deslumbrar en su ya meticuloso cuidado estético. Cada pieza es un deleite visual. 

En otras palabras, cuando coquetea con géneros como la ciencia ficción, sus ideas quedan en la superficie; pero es imposible negar que en su tratamiento del drama humano logra momentos realmente genuinos de cierto roce realista. Los dilemas y conflictos no siempre tienen una resolución inmediata, son ambiguos y agridulces, casi una constante en su personal filmografia. 

Ahora, cuando hablamos de su mas reciente trabajo, vemos esta vez a un Shinkai complaciente y funcional en el manejo tan convencional de su lenguaje. Demasiado correcto en su ejecución con apenas esbozos de ingenio. Irónicamente es su metraje mas fluido y concreto, de fácil digestión, aunque de autoria algo disuelta. 

Por supuesto, es una muy buena cinta y cumple con transmitir lo que pretende, ademas por fin calibra esa unión entre las relaciones (Romance juvenil) o introspecciones con situaciones extraordinarias (Viajes en el tiempo). No obstante, al ir tan sobre seguro, carece de elementos que la destaquen o siquiera la convierta en algo tan memorable como sus anteriores aventuras, en verdad suyas. 







Moana


Es realmente un trabajo adecuado de John Musker y Ron Clements, aunque sin alcanzar enormes picos. Aun así posee momentos conmovedores y auténticos, como también singulares. Siempre acordes y bien distribuidos entre la tradición musical o las referencias pop, basta recordar a su Hercules.  

Obtiene lo que desea en una efectiva aventura con instantes de contundente introspección, marca registrada de la casa del ratón cuando en verdad se preocupa por lo que ofrece en la gran pantalla. 






Por
Oscar Cabrera



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