QUICK CRITIQUES XVI - IMPRESIONES FILMICAS

Han sido unos días interesantes en cuanto a la parrilla cinematográfica y les traigo de nuevo mis impresiones sobre algunas piezas. Tenemos el mas reciente filme de Hirokazu Koreeda, la opera prima de Jacques Toulemonde y el "evento épico" del año por Zack Snyder. Sin mas rodeo, comencemos.



Nuestra hermana pequeña



Cuando escriba esto, estaré aun fascinado y dudo que se me pase por un tiempo; porque el cine de Hirokazu Koreeda evoca tan complejas sensaciones y pensamientos en sus briosas imágenes, las cuales perduran después de su visionado. Todo en una obra tan natural y fluida como la vida misma.

Tomas consciencia del subtexto, sea muy espinoso o quizás algo esperanzador, luego del significativo festín sentimental de idílica sutileza. No sigues seres de ficción, e inconscientemente ya dentro de su contenida naturaleza, enfrentas la impotencia de presenciar humanidad pura en sus amplias gamas.

Soy un enamorado de los delicados universos de Koreeda. Es uno de los pocos que ha conseguido un balance ideal al tratar temas duros mediante una exquisita ligereza. Tal como en Kiseki, Distance o De tal Padre, tal hijo, vemos personajes que intentan restaurar lazos afectivos –familiares u otros-, a la vez que enfrentan culpas, rencores, temores o anhelos hacia una catarsis anclada en la realidad. Existe aun incertidumbre, pero surge un mayor reconocimiento interior resultado de un proceso consecuente, sin los atajos o condicionamientos del efectismo fílmico. No solo te involucras, te fundes con el relato; olvidando el montaje, la cámara y demás elementos del lenguaje al sumergirse.

El tratamiento y orientación del núcleo disfuncional de las cuatro hermanas es así de impecable. Cada una – tan entrañables por igual- es coherente de acuerdo a su rol y progresan admitiendo sus carencias y al recobrar la templanza. Por esa minuciosa construcción, lo cotidiano adquiere nuevas pinceladas, donde lo implícito es transmitido en precisas tomas y diálogos. Sentarse en la mesa a cenar o pintarse las uñas, tales actos y mas adquieren crucial importancia.

Un cuidado que me remite en ocasiones a Banana Yoshimoto al dar mucho por tan poco en sus novelas Kitchen o Sueño profundo. Además, como la autora, Koreeda en esta cinta ofrece un acercamiento genuino al impacto y aceptación de la muerte, con un enfoque tan propio como universal.

Air Doll, After Life y demás películas, serán experiencias trascendentes si deciden contemplar y cavilar por la estremecedora sensibilidad de su imprescindible director.







Anna



En su mayoría brinda lo que pretende. El relato brota a pesar de momento donde divaga mas de lo que debería. Sin embargo la exploración del trastorno bipolar, junto a las cándidas y orgánicas interacciones entre los matizados personajes -con minuciosas y exuberantes interpretaciones- son tan sinceras como honestas. Te importa Anna, su hijo y su pareja, nos involucramos con ellos al actuar acorde a las circunstancias y por lo que creen correcto mas allá de su exquisita psicología. 

Consigue ser esa experiencia visceral y compleja sin caer en la excesiva crudeza. Digamos que posee un equilibrio e impacto emocional muy cuidado para suplir su pocos escollos narrativos. 

Mis reclamos en realidad van hacia el guion que si bien tiene escenas poderosas y conmovedoras, también utiliza atajos ya vistos -accidente de auto incluido- que perjudica la inmersión del espectador por su cuestionable empleo.Son pequeños artificios que manchan ese tono realista de significativa constancia. Menos mal recupera el rumbo en su desenlace.  

Aunque su cinematografía esta muy bien y la cámara en mano funciona cuando debe, existen encuadres, movimientos e incluso cortes incómodos que desarticulan ligeramente la progresión. Puro resolverse de otra manera. 

Al final logra decir lo que necesita al plasmar una lucha, un viaje, una mirada interior frente a ese inefable torbellino en nuestras cabezas, y como aquello que llamamos amor en su estado mas puro, puede quizás traer algo de calma durante la perpetua tormenta.  







Batman v Superman: el origen de la justicia



No funciona en conjunto, pero en sus retazos encuentras destellos conseguidos, que son muy pocos por desgracia.

Me agrado Man of Steel en su momento, y aunque ahora son notorios sus problemas, continua siendo un ensayo fluido y a veces estimulante gracias a la correcta dirección de un Snyder contenido y alejado de su estilo. Aclaro que Zack no es un gran narrador y hace lo mejor que puede con el guion adecuado, aun mas al adaptar. Allí funciono, pero me dejo con ganas de mas y esperaba que le dieran libertad para cosechar su tratamiento al hijo de Kripton apenas acariciado en su "enfrentamiento" con el vengador de Gotica. Sin embargo lo que obtuvimos fue a un Snyder en estado de gracia con parte de su imagineria estética, pero escaso en sustancia por un guion, o pobre excusa de este, al plantear ideas, consecuencias y debates sin desarrollar a plenitud o por lo menos concluirlos. Desaprovechando el enorme potencial de sus alegorías directas de la fe frente a la ideología religiosa, e inclusive acertados diálogos sobre la disposición ética y la ambigua moralidad, entre otros elementos que pudieron nutrir personajes escasamente atractivos.

Es otro ejemplo de esas historias donde lo que sucede es porque el texto lo dice y no por las acciones o motivaciones -muy endebles y cuestionables- de sus protagonistas, junto a demás seres que sobran. Olvida la coherencia interna, ni verosímil siquiera. Su oscuridad es superficial, pues su esqueleto es risible e incluso mas naif de lo esperado.

Imaginemos una pizza -no merece una mejor analogía- con los ingredientes precisos (trama y subtramas), pero agregas otros que entorpecen el balance (ritmo) de sabor (referencias nada sutiles al universo DC y escenas carentes de un punto concreto) y cuando la sacas del horno, está a medio cocinar y aunque por suerte la primera mordida es agradable, luego sientes un regusto extraño e insatisfactorio. Entonces el sabor no fue tan malo, sino inconsistente.

Si no te pones quisquilloso como yo y eres consciente de sus errores (idioteces), la disfrutaras como entretenimiento ocasional. Queda a deber este pasabocas para la liga de la justicia. Con mas tiempo y re-escritura, pudo ser la verdadera épica del Zack Snyder que tanto respeto y admiro.






Por
Oscar Cabrera



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