QUICK CRITIQUES X - IMPRESIONES FILMICAS

La ultimas criticas rápidas del año y para la ocasión tenemos propuestas muy poderosas, junto a una poco afortunada. Espero disfruten estas primeras impresiones y ¡feliz navidad!


Victoria



No me sentía en vilo constante desde hace tanto tiempo; por fin un trabajo completo de impecable pulso. Podría resumir esta gran pericia con una palabra, eficaz.

Los planos secuencia abundan, y son contados los films que los emplean en la totalidad de su metraje, destacando piezas como Timecode de Mike Figgis o la infravalorada Sabado de Matías Bize, todas exponentes del mayor dinamismo y culmen emocional que se puede lograr, además siempre es fascinante zarandear con el tiempo real esa línea entre realidad y realismo fílmico. Ahora, ¿Por qué Victoria destacaría de tales proezas mencionadas?... la verdad, también por una palabra, tiempo. Verán, a pesar de lo increíble de algunas ejecuciones similares, casi siempre se tornan algo apresuradas y afectan un poco el tratamiento dramático del relato, por ello son más recordadas por su complejidad técnica; ahí es donde la soberbia dirección de Sebastian Schipper –actor habitual de Tom Tykwer- sorprende al encontrar un manejo preciso y balanceado del tiempo narrativo. No solo introduce y sigue a los personajes por el entorno, los cultiva en una franca intimidad y les brinda en silencios o gestos auténticos instantes para ellos. No siempre deben moverse, también necesitan progresar e interiorizar de acuerdo a su velocidad personal.

En cámara cada decisión y consecuencia esta estudiada al milímetro en un despliegue actoral sobresaliente. Seguimos sin chistar a nuestra entrañable protagonista –repleta de matices- durante un vaivén muy sensible, capaz de moldear o quebrar su ser.

Saben, no necesito escribir más y solo déjense guiar en una noche bastante agitada por la ciudad.






Visitor Q



Es una experiencia sensorial dura y en ocasiones escatológica, que cumple y comunica encima del impacto inicial de sus imágenes entre pensamientos erráticos, o grotescos momentos plasmados en esta pirotecnia humana.

En 2001 Takashi Miike -prolífico realizador todo terreno y virtuoso- se inclino hacia el vídeo que era el hit de la experimentación. Exprimió todo su potencial en las aventuras de la muy peculiar familia protagonista, si tienen ganas pueden visitarlos con cuidado. 

Plantea un contraste surreal de unos aberrantes actos filmados frente al austero y crudo formato (realismo) sin pretensiones estéticas, al contrario de David Lynch en Inland Empire por ejemplo. Es instintiva, corrosiva y brillantemente oscura, de un nihilismo tan puro y honesto como el de William Borroughs al desglosar la infección del sistema y del alma. Refleja así la gangrena, el deterioro social y ontológico japones. 

A pesar de solo mostrar y salpicar en su minimalismo simbólico tan agobiante de modesto paquete, su absurdo ritmo funciona sin caer en el tedio. Hipnótica y carente de filtro apela al morbo para enfrentarnos a la miseria de sus personajes; al menos revuelve algo en tu interior mientras el yo y el ello chocan. En ironía a veces se torna "leve" por su humor negro, una jocosa crueldad aguda que remite a Desperate Living de John Waters en un juego critico dispuesto al inerme publico y expone lo permisivos e hipócritas que somos ante la aceptación regulada de la violencia en todos los ámbitos.

Al final es una película lograda y tiene su encanto pero la cual no veré de nuevo, pues lo consigue demasiado bien. 






It Follows



Decepcionante. En su primera mitad es soberbia, con un manejo del suspenso impecable e imaginativa en su sencillez y cuando quiere juega con las quemadas constantes del genero, intentando ofrecer otros comportamientos, pensamientos y motivaciones a los arquetipos allí. Sin embargo luego de cierto giro o manifestación, se vuelve ridícula e incongruente. Trata de recuperarse casi al final, pero el daño esta hecho. 

Obvio que existen aun las intenciones, la gran metáfora con la agonía venérea y su carga. Las insinuaciones funcionan en gran parte del metraje durante el supuesto deterioro interno de la protagonista, aunque ya nada importaba, la verosimilitud se fue a pique. La termine por mero compromiso. 

Definitivamente The Babadook de Jennifer Kent es hasta la fecha la gran exponente del terror actual que si es refrescante, trascendente e inteligente. 






Por Oscar Cabrera 





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