QUICK CRITIQUES VIII - IMPRESIONES FILMICAS
Los invito a un viaje a la nostalgia mas pura con dos piezas de autores muy especiales. Proyectan un amor sincero y profundo por el cine, ademas de una comprensión única del mismo. No fueron muy afortunadas, pero cumplen con darnos un poco de esa magia. Así que comencemos...
Crimson Peak
Pudo dar más y funciona apenas. Verán, cuando se
estrena una cinta dirigida por Guillermo Del Toro siempre es un enorme
acontecimiento, pues el hombre es uno de los pocos guerreros del cine fantástico
que aun defiende con fiereza su independencia creativa. De aquellos privilegiados
que puede indagar con cierta belleza y melancolía en las penumbras del alma
humana, mientras materializa relatos de gran entretenimiento e impecable
virtuosismo estético. Además tiene dos vertientes, el realizador comprometido y
complejo de visceral mirada, y el fanboy entrañable decantado por las influencias
literarias, fílmicas o las viñetas del comic, ligero en intenciones. Siempre
conservando en ambas sus constantes como autor. Ahora, su cumbre escarlata es
la mezcla de estas que no ha terminado de cuajar del todo.
Tiene una atmosfera cuidada y una tensión correcta según lo
planteado, una tragedia gótica espectral con toques de terror conseguido, sin
embargo es mesurada y en cierto grado complaciente para lo que nos tiene
acostumbrados Del Toro.
El relato es llevadero y bien pensado, aunque débil. Sé que Guillermo es un amante de la narrativa clásica, pero aquí la historia resulta demasiado previsible en su desarrollo y resolución, lo que desconcierta al espectador atento a la extraordinaria imaginación de su director. Estas imágenes prolijas carecen del magnetismo bestial de sus anteriores trabajos, estremecen en el momento, mas nunca sobrecogen. Para la segunda mitad del metraje da la sensación de presenciar por inercia un producto afable de serie B, no sorprende, pues en cierta escena pasamos de un cuento fantasmal a una floja persecución digna del slasher más genérico.
El relato es llevadero y bien pensado, aunque débil. Sé que Guillermo es un amante de la narrativa clásica, pero aquí la historia resulta demasiado previsible en su desarrollo y resolución, lo que desconcierta al espectador atento a la extraordinaria imaginación de su director. Estas imágenes prolijas carecen del magnetismo bestial de sus anteriores trabajos, estremecen en el momento, mas nunca sobrecogen. Para la segunda mitad del metraje da la sensación de presenciar por inercia un producto afable de serie B, no sorprende, pues en cierta escena pasamos de un cuento fantasmal a una floja persecución digna del slasher más genérico.
Lo que si me dejo satisfecho fueron los personajes, apropiados en
sus dimensiones y con esa retorcida ambigüedad innata del universo de
Guillermo. Algunos son esa otra clase de monstruos que le encanta examinar y
enfrentados a una protagonista de cierta convicción que progresa a pesar del
tópico de la confrontación pasada como impulso vital, emulando de nuevo la
figura inocente que adquiere coraje y reafirma su identidad frente al sinuoso
entorno.
Fue amena, no fue genial ni impactante,
pero divertida. Ese quizás sea uno de sus problemas, pues para lo que ofrecía
estuvo muy… pero muy suave en tono y pretensiones. Eli Roth es un realizador
curioso, cuando se lo propone puede dar trabajos de autentico horror, sin
embargo apenas acaricia los componentes del tema o el mensaje que intenta dar,
tanto en tenues comentarios sociales como en las acciones –a veces bastante inverosímiles-
de personajes elementales que reflejan torpemente las áreas más escabrosas del
comportamiento humano. El ejemplo más digno donde sus alegatos funcionan a
pesar de ello sería Hostel, aunque recientemente tuvimos la peor muestra, Knock
Knock.
La mera intención siempre es interesante, pero Roth recae desde Cabin
Fever, su opera prima, en las ridículas zonas de la Serie B y del cine explotation que tanto adora, diluyendo
la potencial relevancia de lo que cuenta. Serían geniales unas pizcas de
contundencia y coherencia al menos, nunca esperé que hiciera una ardua
indagación antropológica. Antes de algún mal entendido, me encanta la Serie B e
incluso algunas piezas de explotación, tuve también mi fase cinefaga chicos; por
lo tanto el sentido homenaje que Eli hace al subgénero es un autentico goce, hilarante
por momentos con un humor negro tonto que alivia la “tensión”. Posee algunas
situaciones y diálogos tan idiotas que son brillantes, he ahí la esencia. Lo destacable
seria la buena factoría a favor de un fluido entretenimiento pasajero para el
fan nostálgico.
Ahora, ¿es tan explícita, turbadora y escalofriante como
prometía?... queda a medias. Claro, tiene logradas secuencias gore y es
desagradable con creces, aunque jamás hay justicia para el espectador que
esperaba algo siquiera parecido a las corrosivas, potentes e ingeniosas imágenes de Holocausto Canibal. Eso sí, bella la
dedicatoria a Ruggero Deodato, por supuesto sin superar aun su maravilloso cameo
en Hostel II.
Es una cinta apocada, discreta y casi cobarde diría, cuya
obligación era poner toda la carne al fuego. Al final la piel de esta criatura
fílmica solo está ligeramente cocida y carente de jugosas entrañas, quede con mucha
hambre.
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