MAN OF STEEL (EL HOMBRE DE ACERO) - CRITICA
Dirección:
Zack Snyder
Guion:
David S. Goyer y Christopher Nolan
Género: Ciencia ficción
País: EE.UU
Año: 2013
Tras la guerra y aniquilación del planeta Kripton, el científico Jor-El envía a su único hijo Kal-El al planeta Tierra para salvarlo. Su
transporte cae en un pequeño pueblo llamado Smallville, es encontrado
y adoptado bajo el nombre de Clark por el matrimonio de Jonathan y Martha Kent.
Indaga en su interior y buscando el verdadero camino encuentra sus orígenes,
pero surge una amenaza de su antiguo mundo, poniéndolo a prueba. Ahora su
nobleza e integridad serán cruciales para confrontar al antiguo rival de su
padre biológico, el general Zod, quien desea reacondicionar nuestro planeta
en pos de crear un nuevo régimen mundial.
Deseo aclarar que no soy seguidor del personaje, aunque debo
destacar su progreso en las viñetas hasta volverse más accesible, pues era
tiempo de que se le diera prioridad al lado terrestre sobre su condición
kriptoniana. Mi orientación va al lado Marvel, admirando constantemente la
construcción de identidad en sus héroes y como estos reaccionan de manera creible frente a su condición extraordinaria; algo que no tenían mucho en
cuenta los comics DC, hasta que llegaron
los ochenta para madurar al personaje. Sin embargo en la gran pantalla ha sido
distinto, pues como principal referente se tiene la muy lograda adaptación que
hiciera en su momento un Richard Donner en forma; a pesar de la ingenua época y
un héroe romántico casi unidimensional bajo la lupa contemporánea. Ahora, esta
reinterpretación fílmica brindada por Zack Snyder ha sido una apuesta
refrescante al intentar explorar por fin los matices sensitivos del último hijo
de Kripton en un todo correcto, aunque pudo ser aún mejor.
No me sorprendieron para nada los cambios en su génesis ya
conocida y de sus motivaciones, eran razonables para los tiempos que corren y
recordemos que se ejecutaron en unas condiciones “realistas” según la
perspectiva del principal productor del film, Christopher Nolan. No obstante
jamás extrañaremos algunas constantes visuales de Snyder –echándose de menos
sus alteraciones de velocidad-, sobre todo en las fluidas secuencias de acción.
Esta sensación orgánica –excepto el paroxismo visual de la segunda mitad- es
potenciada por una justificada elección de la cámara en mano, dotando cierta
verosimilitud tanto en las escenas de nuestro planeta como en mostrar un Kripton
exuberante y creativo.
Lo que si me cautivo definitivamente es la importancia que
por fin se les da a los personajes cuando desarrollan sus conflictos dramáticos,
de acuerdo a sus características establecidas. Son arquetipos aun, pero
naturales al actuar y hablar. A mi parecer esto no llega a ser memorable
totalmente por algunas molestias que afectaron el ritmo y la potencial algidez
emocional, son dos: el montaje y los atajos de guion. La historia se percibe algo
fragmentada porque hay cortes inoportunos que frustra la cumbre narrativa de la
escena, siendo patente en una especie de intercalación de flashbacks que
perfectamente pudieron funcionar de manera continua o sustituyendo uno que otro
sobrante, y explicar en su lugar agujeros de la trama sin interrumpir la
construcción de las situaciones; en consecuencia el texto final de David Goyer
–irregular adaptador de comics- trata levemente de atarlos con dialogo
expositivo tenue. Tal torpeza interfiere con el nivel interpretativo de los
actores y nos despoja de alguna frase o gesto notable al forzar ciertas interacciones
como la de Lois Lane y Clark (Kal-El).
A pesar de estos escollos Zack dirige con solvencia, sacando
planos rescatables e intimistas con sensibilidad dadas las limitaciones. Si le
hubieran dado más libertad, dilataría lo justo para enriquecer estos seres y
conseguir algo tan balanceado como sus mejores obras, "300" y "Watchmen". Aun así
consigue reflejar la esencia moral del protagonista, la búsqueda vital y la
humildad que consigue cuando es consciente de su vulnerabilidad, emergiendo con
coraje renovado y prevaleciendo la esperanza. Como blockbuster, tiene la
suficiente profundidad trascendente, a la vez que entretiene a borbotones.
Por OSCAR CABRERA
Un ejemplo de agujero argumental (spoiler parcial):
Si Superman tiene problemas al respirar y se debilita en el
ambiente artificial Kriptoniano de la nave de Zod, como es posible que pueda destruir
volando una máquina –no diré cual- que emana el mismo "oxigeno kriptoniano" que aspiro anteriormente.
Entonces tampoco debería estar volando como si nada en el espacio. Al final detalles como este deben pasar para que la trama avance.
Esta es una de las películas que más ganas tenia de ver pero luego de haberla visionado, me parece no ha sido lo que esperaba, aún así, me gustó. :)
ResponderBorrarMe gusta mucho como hadas enfocado la critica OScar
ResponderBorrarese estilo tuyo para escribir siempre me ha parecido genial
ResponderBorrarGracias corazón
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