ESTRENO TARDÍO - SIDE EFFECTS (EFECTOS SECUNDARIOS) - CRITICA
Dirección: Steven Soderbergh
Guion:
Scott Z. Burns
Género: “Drama” – Se transforma durante el metraje.
País: EE.UU
Año: 2013
Nos introduce en la existencia de Emily, una joven mujer que
aparentemente sufre depresión clínica. Su aflicción se magnifica cuando su
marido es liberado de prisión después de cuatro años, enfrentándose a la presión
de hacer funcionar su matrimonio; por ello recibe consulta de un psiquiatra que
decide recetarle un nuevo medicamento para controlar la ansiedad. No obstante surgirán
cambios al revelarse hechos que podrían afectar incluso la psico-farmacología
norteamericana, o tal vez más.
En lo transcurrido del año pasado y en parte de este, fueron
contadas las ocasiones donde he sido gratamente sorprendido con algún riesgo
narrativo, o al contrario, un agradable y nada pretencioso relato con el
sencillo propósito de entretener, sin llegar a subestimar al resto del
auditorio. Ahora me siento no solo animado, sino agradecido por haberme dejado
sumergir en una experiencia balanceada que sorprende, pero que podemos seguir
continuamente evitando caer en el tedio.
Steven Soderbergh siempre ha gozado de cierto apoyo mío como
cinéfilo por su fructífera y heterogénea filmografía, a pesar de que algunas
propuestas suyas no funcionaran. Sin embargo mi interés por él recae en que siempre
está dispuesto a proponer, sean nuevos cauces estéticos, mezclas de géneros o renovar
arquetipos; articulando bien estos elementos con el fin de dotar mayor vastedad
psicológica y narrativa. Como era de esperarse, "Side Effects" sigue esa máxima al plantear inicialmente cierto
conflicto y luego, casi ignorando los efectismos, da un giro sutil para
convertir el devenir de los acontecimientos dramáticos en un thriller bien
construido y llevado. No deslumbra totalmente, claro está.
El guion delinea gradualmente sus personajes hasta que progresen
naturalmente, siendo encarnados por intérpretes que si han comprendido las
motivaciones de sus roles, beneficiando a la fluidez y congruencia de la
historia. Scott Z. Burns escribe un texto de aparente sencillez, pero de complejidad
necesaria, mas no profunda, al tocar aspectos como la depresión y la distorsión
de la psiquiatría en relación a sus establecimientos, límites éticos y mala
praxis. Pretendía ser una indagación -jamás una reflexión- de la faceta más cuestionable o desagradable
del proceder humano, aunque solo queda en tenues momentos de tensión algo plana
y contados diálogos afortunados. Al menos el conjunto esta mejor compuesto que el
anterior argumento desmedido de Burns “Contagio”,
también dirigido por Soderbergh.
El director recurre a sus frecuentes desenfoques de lente y
delicada luminosidad para enfatizar en la expresividad de sus actores, los
cuales mencione estaban correctos. Jude
Law –siempre infravalorado, pero tiene interesantes papeles- y Rooney Mara -que
en su contenida labor transmite- cargan
favorablemente con el peso del film. Los demás cumplen como refuerzo al
justificar las dimensiones de los destacados.
Por OSCAR CABRERA
Buena crítica. Me ha resultado atrapante por la atmósfera oscura y turbia que le imprime Soderbergh al relato. Saludos!
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