MILAGRO EN SANTA ANA - CRITICA



Dirección: Spike Lee
Guion: James McBride – Basado en su novela
Genero: Bélica/Drama
País: EE.UU/Italia
Año: 2008

Nos cuenta en retrospectiva las desventuras de un regimiento formado por soldados afroamericanos durante la segunda guerra mundial. Sobreviven cuatro después de una masacre y quedan atrapados en una villa italiana con un niño herido, recibiendo órdenes de capturar a un militar alemán para obtener información; aunque su proceder se complica por la traición y el horror de la barbarie, hasta culminar de forma estremecedora.

Spike Lee se muestra mordaz aunque algo mesurado al mostrar las perpetuas injurias a este grupo,  algo poco habitual si tenemos en cuenta que su contundente filmografía esta repleta de alegatos bastante parciales  atacando la discriminación racial, ocasionalmente vale resaltar. Porque su mirada también ha plasmado otros episodios decadentes de la condición humana con ejemplos como el declive del núcleo familiar en ‘Fiebre salvaje’, o  la infidelidad ética frente a la banalidad globalizada en ‘Bamboozled’, inclusive la codicia en ‘He got game’ y ‘Clockers’; coexistiendo inevitablemente con apuntes contra estereotipos étnicos. Ahora en un exquisito y provocador dominio del lenguaje fílmico nos brinda un relato conmovedor orientado hacia lo espiritual carente de pretensiones.  

Es notorio el cuidado estético de Lee con los efectismos de su, muy propio montaje intelectual y cierta repetición de tomas, igual de congruentes, aunque lo desliga del toque satírico de su anterior obra, plasmando una interpretación lírica  La cinta es progresiva en narración, desarrollo interpretativo y en sustentación de ideas guiadas por una continuidad convencional; percibiéndose atropellada en partes que no aportan mucho a la trama, u otras donde se desea generar alguna respuesta sensorial y se alargan innecesariamente. Aquí es cuando extraño esas ‘Dolly shots’ de Spike recurrentes en su estilo visual.

Por fortuna el trabajo actoral hace llevadera la honesta experiencia. Los personajes son totalmente fieles a su lógica interna y bien definidos de acuerdo al entorno emocional construido, expresados crudamente en silencios expectantes, sublevados al dialogo. Por momentos me remite a la interesante ‘Big red one’ de Samuel Fuller.

Concluyamos que va mas allá de una pertinente cinta bélica e histórica, invitando a indagar en los entresijos de nuestro interior hacia el catalizador vital. Dispuesta siempre a la confrontación de criterios sin concesiones.

Por OSCAR CABRERA



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