ESTRENO TARDIO - EL ÁRBOL DE LA VIDA - CRITICA


Guion y Dirección: Terrence Malick
País: EE.UU
Género: “Drama” (Indescriptible e inclasificable)
Año: 2011

Supuesta sinopsis:
“Situada inicialmente en la Norteamérica de los años cincuenta, donde un niño llamado Jack vive con sus padres y hermanos. Mientras su madre encarna la ternura en el seno familiar, su padre representa la severidad creyendo pertinente enseñarle como enfrentar un mundo hostil. Comienza un viaje hasta nuestros días, en el cual Jack perderá su inocencia y adulto recordara momentos trascendentes de su infancia e influencia de estos en lo que él es ahora y su existencia espiritual”.

Puse la sinopsis en cuestionamiento, porque es solo una pieza relevante en una particular expedición ontológica con nítido y complejo detalle. Desconcertado puede dejar al espectador si no muestra la apropiada disposición, como le ha pasado a muchos que la vieron; error común cuando contemplamos una obra tan intima cuyo trayecto es formado por una coherencia propia de su autor y por ende está dispuesto a la libre interpretación.

Rica en bases metafóricas y puntos filosóficos, nos planteamos casi en un ejercicio interactivo una cavilación individual sobre la naturaleza, estado, o transformación del ser a nivel metafísico. Sería bueno tomarla más como una experiencia sensorial que podría afectar de acuerdo a cada formación epistemológica.  Al perdonar, comprender y aceptar nos conocemos, revaluando los cimientos ideológicos e incentivar la exploración interna en relación con el entorno para la creación sensible de la identidad sin ataduras, apreciando toda manifestación idílica del cosmos.

El apartado técnico es extraordinario, exaltando un trabajo fotográfico solido a disposición de un connotado lenguaje introspectivo cuyo manejo estético brinda poderío simbólico a sus imágenes, transmitiendo virtudes como la bondad, la sabiduría e inclusive la justicia; siendo latente como conjetura, la referencia al árbol de la vida por la cábala judía. El trabajo actoral es contenido pero acertado en los sucesos y conmueve consiguiendo un estimable paroxismo durante la singular fluidez del metraje.

En conclusión, refrescante y personal propuesta arriesgada con instantes solemnes, aunque su duración pudo ser menor al redundar en ciertas tomas de nivel contemplativo. A veces se obtiene una huella profunda sin dilatar los momentos, sea en el cine o en la vida. 

Por: OSCAR CABRERA


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